Alabado sea
Jesucristo…
¿Sabías el hermoso significado de la señal de la cruz?
Es precioso por su historia, por su significado y por su
poder. Es la señal de mi fe; muestra quién soy y lo que creo. Es el resumen del
Credo. Es la señal de mi agradecimiento. Tengo que hacer con amor y emoción
este gesto que me recuerda que Jesús ha muerto por mí. Es la señal de mi
intención de obrar, no para la Tierra, sino para el Cielo. Al hacerla, y
pronunciando estas misteriosas palabras "EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO
Y DEL ESPÍRITU SANTO" me comprometo a obrar:
• en el nombre del Padre que me ha creado,
• en el nombre del Hijo que me ha redimido,
• en el nombre del Espíritu Santo que me santifica.
En una palabra: a actuar como hija o hijo de Dios. Este
signo es la señal de la consagración de toda mi persona. Al tocar mi frente ofrezco
a Dios todos mis pensamientos. Al tocar mi pecho consagro a Dios todos los
sentimientos de mi corazón. Al tocar mi hombro izquierdo le entrego todas mis
penas y preocupaciones. Al tocar mi hombro derecho le consagro mis acciones. La
señal de la Cruz es en sí misma fuente de grandes gracias. Debo considerarla
como la mejor preparación a la oración, pero ya es en sí misma una oración, y
de las más impresionantes. Es una bendición. Si me emociona ser bendecido por
el Papa, por un Obispo, ¡Cuánto más ser bendecida por el mismo Dios! Señor,
concédeme la gracia de hacer de mi señal de la cruz un "Heme aquí"
motivador para la oración, para la acción, para mi día entero; así como una
poderosa llamada de las bendiciones del cielo sobre mí.
¡Buenos días!
El picaflor enojado
La paciencia es
una madurez. Vence la ira y los arrebatos de cólera Conseguirás la paciencia
meditando en Jesús bondadoso, sufrido, servicial, y suplicándole vuelva tu
corazón a semejanza del suyo, manso y humilde. Que el Señor te ayude a dar
pasos para crecer en esta virtud tan necesaria.
Un joven picaflor solía visitar un jardín donde
colocaron un gran espejo en forma de globo, para que en él se miraran las
flores y las mariposas. Al día siguiente el picaflor entró como flecha en el
jardín, pinchando aquí, pinchando allá a las flores que caían vencidas por los
besos de su largo pico. De repente, vio relucir en el gran globo de cristal las
flores de la planta que saqueaba. Seducido por sus deseos, fue a dar de
picotazos al espejo. Como nunca había encontrado resistencia, se encegueció por la ira y siguió picoteando
hasta romperse el pico y caer moribundo por tierra, víctima de su locura
(Daireaux).
¿No has
comprobado que una palabra dura dicha en un acceso de ira te trajo semanas de
amargura? Un refrán tibetano afirma: “la paciencia en un momento de enojo te
evitará cien días de dolor”. Cada día pídele al Señor toda la paciencia que
necesites. Dile “Concédeme hoy fortaleza, mucha paciencia y serenidad. Que nada
ni nadie me perturbe”.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a
todos los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López