Navegaré por tu cuerpo,
treparé por las olas
que nos mecen y mojan,
para deslizarme despacio,
hasta encallar en tu puerto,
cubierto de sal y de espuma...
Me sumergiré en el vaivén
que me eleva y enciende,
sintiendo tu sangre que hierve,
invitando a la mía...
Un gusto salobre
quedará reposando
en los labios,
y en el cuerpo arderá
la miel derramada
en el acto sublime
de entregar nuestros cuerpos.
Navegar y encallar,
destino de amantes,
surcar aguas bravías
en constante delirio.
Entre peligro y placer
descargar nuestros cuerpos,
derramando placer y lujuria
en orgasmos profundos
que deliran gimiendo
entre olas y espumas
meciendo los cuerpos...