Alabado sea
Jesucristo…
Al comenzar un nuevo día es bueno tener presentes las
palabras del Papa Francisco, que nos manda a servir a los hermanos. Y podemos hacer
esto de muchas maneras, y en las más diversas circunstancias.
Ayer -desde mi condición de médico- conversaba con una
querida anciana enferma al lado de su cama de hospital y le explicaba que si
ella ponía todos sus dolores y sufrimientos a los pies de Jesús Crucificado,
podía ofrecérselos a Él para que sirvan de ayuda y alivio a otros hermanos
sufrientes.
Porque hay que entender que el servicio no solamente es
hacer obras exteriores de caridad y amor hacia los pobres y necesitados
materiales, pues hay otras necesidades y otras pobrezas peores que las
materiales, y son las necesidades espirituales de tantas y tantas almas.
Recordemos las palabras del Evangelio cuando en la
Presentación de Jesús al Templo hablan de la Profetiza Ana. Dice que Ana no se
alejaba del Templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Entonces vemos que
el rezar mucho y el hacer sacrificios es también servir a Dios y al prójimo.
Así que no nos engañemos creyendo que para servir a Dios
y a los hermanos sólo lo podemos hacer con obras exteriores, sino que también
rezando mucho, ofreciendo nuestros dolores y sufrimientos, y haciendo pequeños
o grandes sacrificios y renuncias, servimos a Dios y a nuestros hermanos.
Todas son manifestaciones de nuestro amor a Dios y en
Jesús a nuestros hermanos. Todo suma. Todo sirve. Todo llega al cielo.
¡Buenos días!
¿Qué camino tomar?
Jesús es la “gran
noticia” que necesita el hombre de hoy. Es la única respuesta a tus más íntimas
aspiraciones. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. La ciencia y la tecnología
mejoran el diario vivir, pero no alivian el corazón que sufre ni liberan de la
angustia de la muerte: nada reemplaza la presencia de Dios en ti y el amor de
Jesús iluminando tu camino.
Supongamos que estamos en una ciudad extraña
y pedimos indicaciones para llegar a determinado lugar. La persona abordada nos
responde: “Tome la primera calle a la derecha y la segunda a la izquierda.
Cruce la plaza, pase por delante de la iglesia y doble en la tercera cuadra a
la derecha. El camino que Ud. busca es el cuarto a la izquierda”. Con esas
indicaciones, lo más probable es que nos perdamos a la segunda cuadra.
Supongamos en cambio, que otra persona con mucha amabilidad nos dice: “Venga.
Yo lo llevaré hasta allí”. En ese caso la persona que nos lleva es el camino y
no nos podemos perder (W. Barclay).
Esto es
precisamente lo que hace Jesús por nosotros. No se limita a darnos consejos e
indicaciones. Nos toma de la mano y nos guía, camina con nosotros, nos
fortalece, nos conduce y dirige todos los días de nuestra vida. No habla sobre
el camino. Es el camino. Aprovecha y agradece esta delicada condescendencia del
Señor.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a
todos los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López