Alabado sea
Jesucristo…
En el Evangelio leemos que Jesús dijo: “Busquen primero el reino de Dios y su
justicia, y lo demás se les dará por añadidura”. El error del hombre
consiste en buscar con afán en primer lugar las cosas de la tierra, los
intereses propios, mientras le da a Dios las migajas de su tiempo, de su
dedicación, de su amor. Los ídolos han suplantado a Dios en su corazón.
En un avisador parroquial observé varios carteles. En el
primero había un bebé gordito y debajo se leía: "Demasiado pequeño para amar a Dios". El segundo
presentaba a una pareja de recién casados besándose. Un letrero explicaba: "Demasiado felices para amar a
Dios". Le seguía un ejecutivo rodeado de teléfonos y dando órdenes: "Demasiado ocupado para amar a
Dios". A continuación un hombre rico, con relucientes anillos de oro y
pedrería, un cigarro en la boca, al bajar de su lujoso coche: "Demasiado seguro de sí mismo para amar
a Dios". Y finalizaba la serie con un ataúd: "Demasiado tarde para amar a Dios”.
¡Qué bueno sería que nosotros no quedáramos encuadrados
en ninguno de los ejemplos precedentes, sino más bien en lo que canta el salmo
95! “Si escuchas hoy la voz del Señor, no
endurezcas tu corazón”.
¡Buenos días!
Poderosa protección
“Si llegas a la
oración y no consigues entrar en contacto con Dios, toma el Rosario y recita
lentamente una o dos decenas; muy pronto verás el resultado. Sorprenderás a tu
corazón en «flagrante delito» de oración y serás introducido, sin darte cuenta
en el corazón de la Santísima Trinidad por la oración de María”. (Jean
Lafrance).
Cuando en 1945 se tiró la bomba atómica sobre
Hiroshima, de una pequeña comunidad de ocho sacerdotes jesuitas, situada en una
casa parroquial distante sólo ocho manzanas del lugar de la explosión atómica,
la casa y todos dentro quedaron ilesos, mientras que no se salvó ninguna
persona en el radio de un kilómetro y medio del centro de la explosión. El
Padre Schiffer en el Congreso Eucarístico (Filadelfia, 1976) dijo que, cuando
aún vivían los ocho miembros supervivientes, 200 científicos investigaron varios
años las causas por las cuales la casa parroquial y sus habitantes no habían
sido tocados en medio de la destrucción de toda vida… Él decía que en aquella
casa había una cosa distinta a las demás que fueron destruidas: se rezaba el
Rosario diariamente en comunidad…
“En el Rosario he
hallado los atractivos más dulces, más suaves, más eficaces y más poderosos
para unirme con Dios”, (Santa Teresa de Jesús). “El Rosario es el instrumento
con el cual se vence al demonio y se obtienen todas las gracias. Es la síntesis
de la fe, el sostén de la esperanza, la expresión y crecimiento de la caridad”,
(Santo Padre Pío). Valoriza esta devoción alabada por los santos.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a
todos los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López