Alabado sea
Jesucristo…
Cada reto es una bendición. Porque es una gran
oportunidad de poner en práctica todo lo que hemos aprendido. Si no tuviéramos
la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos qué tantas habilidades hemos
adquirido, no tendríamos el sentido del triunfo.
Cada nueva experiencia es un regalo de la vida que nos
permite valorar lo que tenemos y lo que somos. Es el regalo de hacernos más fuertes,
más conscientes, más congruentes, más activos.
De esa manera pasamos por la vida dejando huella en
nuestra propia vida... en nuestra historia. Es la manera de sentirnos más
vivos.
Nunca te des por vencido. Dios acompaña tu camino.
¡Buenos días!
Dirección equivocada
La vida es
nuestro máximo valor y, a la vez, nuestro máximo problema. Tememos perderla;
nos angustia la muerte física. Pero hay otra muerte más sutil que nos envuelve:
no encontrarle sentido, dirección acertada a la vida. ¿Para qué vivimos? ¿Vale
la pena vivir la vida? Esto que llamamos vida ¿es una oportunidad o un castigo?
Era un día de invierno: Todas las veces que
el colectivo paraba en una estación terminal, un hombre se asomaba por la
ventana, leía el nombre de la localidad y suspirando fuertemente se dejaba caer
de vuelta en su asiento. Después de la quinta vez le preguntó un compañero de
viaje, preocupado: “¿Le duele algo, señor? ¿Por qué usted gime tan
terriblemente?” Contestó el hombre: “A decir verdad tendría que cambiar el colectivo.
Todo el tiempo viajo ya en la falsa dirección. Pero, ¡aquí dentro es tan
calentito y cómodo!”.
El egoísmo
atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás encuentra su
madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo, si vives para
acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives
para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no
vale nada.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López