Alabado sea
Jesucristo…
Si quieres, tú también puedes celebrar la Navidad siendo
como eres, siendo quien eres y no otro ni mejor, pues el Infinito de Dios está
eternamente encarnado en tu estrecha finitud. Tú también eres de alguna forma Todo. También en ti quiere y puede encarnarse
Dios como en el vientre de María.
Dios quiere tener quien ame, quien se ame, quien le ame, quien le encarne. Cree
en ti, quiérete y ama. Celebra la Navidad.
José Arregi
¡Buenos días!
Cuándo comienza el día
La buena
convivencia comienza por el respeto. Respetas a una persona cuando la tienes
por lo que es: un ser humano con toda su dignidad. Despreciar a los demás no
ayuda a formar una comunidad fraterna. “Hemos aprendido a volar como los
pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de
vivir como hermanos” (Martin King).
Un sabio preguntó a sus discípulos: “Pueden
determinar ¿cuándo termina la noche y comienza el día?”. Un oyente contestó:
“Es cuando puedo desde lejos distinguir un pino de una palmera”. “No es así”.
Respondió el maestro. Otro participante opinó: “Me parece que es cuando se
puede distinguir una vaca de un caballo”. “Tampoco es exacto. Pero, entonces,
¿cuál es el momento preciso?” Insistió el pensador. Ante el silencio de los
discípulos, el sabio afirmó: “Cuando miras un rostro humano, y descubres en él
al hermano o a la hermana, entonces terminó la noche y comenzó el día”.
Hay un defecto
corriente: la falta de comprensión por los que son distintos de nosotros. Esto
se llama discriminación. Respetar y comprender son actitudes que están en la
base de la convivencia humana. Jesús nos advirtió: “No hagas a otro lo que no
te gustaría que te hagan a ti”. Sin comprensión y respeto se viene abajo el
amor a los hermanos.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a
todos los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López