Alabado sea
Jesucristo…
¡Cuántas veces nos parece que no fuimos perdonados por
Dios! Hemos cometido un pecado muy grande, o muchos pecados gravísimos, o por
lo menos así lo creemos nosotros, y a pesar de habernos acercado varias veces a
confesarlos con el sacerdote y de recibir el perdón de ellos, desconfiamos de
Dios, creemos que no hemos sido perdonados, y seguimos teniendo miedo y
angustia.
Pero Dios, cuando nos perdona los pecados, los destruye
completamente y somos nuevas criaturas, completamente limpias. Debemos tener
confianza en la Misericordia divina, que es infinitamente más grande que todos
los pecados de todos los hombres.
¿Hemos cometido un pecado muy grave? Muy bien, eso está
mal. Pero lo que está peor es desconfiar del perdón de Dios, desconfiar de su
Misericordia. Y eso es lo que quiere el demonio, para llevarnos a la
desesperación y alejarnos así para siempre de Dios. No le demos el gusto y
confiemos en Jesús, que es la Bondad infinita y que le duele más la
desconfianza que el pecado más grave.
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¡Buenos días!
El verdadero nombre
Crecer es dejar
atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta desprendernos;
es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes de lo que fuimos
ayer; es desarrollarnos y evolucionar desde adentro. Cuando decidimos cambiar
una actitud negativa, estamos creciendo. Cuando decidimos corregir un error,
estamos evolucionando.
A eso de caer y volver a levantarte. De
fracasar y volver a comenzar. De encontrar el dolor y tener que afrontarlo... A
eso, no lo llames adversidad, llámalo Sabiduría. A eso de fijarte una meta y
tener que seguir otra. De huir de una prueba y tener que encararla. De planear
un vuelo y tener que recortarlo. De aspirar y no poder. De avanzar y no llegar. A eso, no lo llames
castigo, llámalo Enseñanza. A eso de pasar días juntos radiantes. Días felices
y días tristes. Días de soledad y días de compañía. A eso, no lo llames rutina,
llámalo Experiencia. A eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan. Y tu
cerebro funcione y tus manos trabajen. Y tu alma irradie y tu corazón ame. A
eso, no le llames poder humano, llámale Milagro Divino.
“Actuamos movidos
por la pasión, el prejuicio, la avaricia, el amor, el medio ambiente, los
hábitos, y el peor de estos tiranos es el hábito. Así pues, si tienes que ser
esclavo, sé esclavo de tus buenos hábitos. Si tienes algún mal hábito,
destrúyelo; y prepara surcos para la buena semilla. Con una disciplina simple
puedes triunfar” (Mandino).
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López