Amo el intenso verdor de la Naturaleza.
Amo los indómitos gigantes de la oscura Selva.
Lujuriosa vegetación, al ritmo de la brisa se mece.
Amo el profundo silencio del viejo Bosque.
Sólo el suave murmullo de seres que viven allí,
y la música del viento, de ramas y hojas que se mecen.
Bello mundo verde. Escondido mundo vegetal.
Sabiduría innata de los que conviven con la Naturaleza.
Mundo de inefable belleza, que pocos saben disfrutar.
La convivencia pacífica y armónica de sencillos seres,
por siglos el equilibrio ecológico ha sabido conservar.
Sólo el hombre en su afán de lucro, rompe esa armonía.
Pisotea el bosque. ¡Lo tala y lo quema! ¡Lo va a destruir!
Bajo las frescas sombras, cristalinas aguas bajan.
En recodos húmedos se esconden paraísos de gran belleza.
Bajo el dosel de gigantescos y nativos cedros y caobas,
ejemplares únicos de fauna y flora, en Paz, conviven allí.
Mundo maravilloso y sagrado de la verde Selva.
Compañero amado de hermosos años de mi vida, idos ya.
¡Tanta alegría le brindaron a mis ojos y a mi alma!
¡Tantas horas de dulce Paz, Dios me regaló allí!
D.A.