El módulo Philae duerme. El pasado 15 de noviembre, 57 horas después del histórico aterrizaje, la falta de energía sumergió la misión Rosetta en un periodo de hibernación que solamente podrá ser modificado a partir del mes de febrero, cuando su posición disponga de mejores condiciones. "Esperamos que despierte" ha anunciado hoy desde el centro de operaciones de Darmstadt el director de Navegación Espacial Tripulada y Misiones de la ESA, Thomas Reiter, tratando de devolver al proyecto la expectación mundial que, al igual que la sonda, parece haberse dormido en estos últimos meses. "Nadie puede garantizar que el despertar se produzca", se cura en salud, "pero esperamos que así suceda".
El módulo se encuentra actualmente en un lugar en el que la luz del sol hace aparición solamente durante una hora y media al día, pero la Agencia Espacial Europea (ESA) calcula que en las próximas semanas la temperatura de Philae logre superar los 0 grados Celsius a medida que el cometa en el que se encuentra se vaya acercando al Sol. Esa proximidad permitirá que las baterías del módulo comiencen a cargarse de energía solar y que el módulo retome el modo operativo.
Además hay otra cuestión preocupa a los científicos que siguen el proyecto Rosetta desde Darmstadt. Temen que el polvo y las piedras de 67P Churyumov-Gerasimenko hayan podido cubrir sus células solares, impidiendo la recarga de energía. En caso de activarse de nuevo, ambas sondas podrían hacer los experimentos conjuntos para los que estaban preparadas.
Una de las principales tareas pendientes sería, a medida que el cometa vaya soltando partículas de polvo, analizar a qué velocidad se desplazan y su composición química. Varios instrumentos se activarían con la misión de observar y medir el campo magnético que hay alrededor del cometa, si lo hay.
Si consigue despertar, será posiblemente el último periodo de vida del módulo, y la clave de la misión es que consiga transmitir a tiempo los resultados de sus descubrimientos y mediciones. En principio, el final de la misión está programado para finales de 2015, aunque sus responsables confían en que pueda ampliarse un año más. Dependerá del presupuesto.
En estos momentos, la sonda madre Rossetta se encuentra a 29 kilómetros del cometa y se espera que en febrero pueda acercarse a seis kilómetros de la superficie y enviar imágenes de la misma.