Después de triunfar en uno de los aterrizajes más audaces de la historia de la exploración espacial, los datos científicos de la misión Rosetta aportan ahora el retrato más detallado de un cometa que se ha conseguido nunca. Seis estudios publicados hoy en Science
por los responsables de los instrumentos científicos de la sonda
detallan la densidad, composición y actividad del 67P
Churiumov-Guerasimenko. En conjunto, aportan lo más parecido que tiene
la humanidad a pasear por un paisaje alucinante que se acerca al Sol a
más de 20 kilómetros por segundo y que, estos días, está a más de 500
millones de kilómetros de la Tierra.
El 67P tiene cuatro kilómetros de diámetro y pesa 10.000 millones de toneladas, pero los nuevos datos de Rosetta
muestran que este coloso es menos denso que el corcho o la madera, es
decir, flotaría en el mar como un iceberg. De hecho es muy poroso y su
interior está vacío en un 80%, como si fuera una esponja o una piedra
pómez, según indican las imágenes tomadas por el instrumento Osiris, uno
de los 11 a bordo de Rosetta. Es la primera vez que se consigue medir la densidad de un cometa de forma directa.
Las más de 15.000 imágenes tomadas por Osiris han permitido
clasificar los diferentes terrenos que hay en la superficie del 67P,
explica Luisa M. Lara, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y coautora de tres de los estudios publicados hoy en Science.
Se pueden encontrar grandes extensiones de polvo con dunas que
recuerdan a los desiertos de la Tierra, zonas con cráteres y también
partes más abruptas que recuerdan a los volcanes de lodo de Chile,
resalta Lara. Entre todas ellas se alza Hathor, un acantilado de 900
metros que Rosetta retrató en una de las vistas más
espectaculares del 67P. Lo más sorprendente es que una persona podría
saltar desde el precipicio y sobrevivir debido a la reducida gravedad, según la NASA. En teoría, un astronauta podría saltar desde una nave y caer en el 67P, según los cálculos que Rhett Allain,
un físico de la Universidad de Luisiana (EEUU), ha hecho para la ESA.
También, dice, sería posible saltar lo suficiente como para abandonar el
cometa.
En 67P una persona podría lanzarse de un acantilado de 900 metros y sobrevivir
El equipo de Rosetta ha dividido el núcleo de 67P
en 19 regiones bautizadas con nombres de divinidades egipcias e intenta
ahora responder una pregunta que les acosa: ¿por qué tiene esa extraña
forma de pato de goma? “Según nuestros modelos algo falla porque el
cometa no podría haber perdido tanto material por el efecto del Sol como
para tener esa forma”, explica Lara. Otra de las posibilidades es que
cabeza y cuerpo sean en realidad dos cometas que chocaron y quedaron
unidos. Aún no se sabe cuál de estas dos posibilidades es la cierta,
pero sí se ha descubierto una enorme grieta "que recorre el cuello del
pato como si fuera un collarín”, resalta Lara. Los nuevos datos
confirman que esta zona del cuello es la más activa, es decir, donde la
luz del Sol está provocando una mayor profusión de vapor de agua y otros
gases. A pesar de ello el cometa aguantará de una pieza decenas e
incluso cientos de órbitas más, señala Lara.
'Philae' despertará
Buena parte de los
paisajes fotografiados en el 67P
desaparecerán o cambiarán pronto. El cometa está ahora aproximándose
hacia el punto de su órbita más cercano al Sol. Rosetta será la
primera nave humana que presencie cómo la actividad en el cometa se
disparará a medida que aumenta su temperatura, haciendo que su
superficie se vuelva más “explosiva” con chorros de gas. “Rosetta
seguirá al cometa hasta finales de este año y posiblemente más allá”,
explica Matt Taylor, jefe científico de Rosetta.
“Vamos a observar la actividad del cometa hasta que llegue a su máximo
para luego bajar y ver de nuevo los cambios en el núcleo e incluso medir
cuánto ha cambiado el volumen total”, resalta. Hasta ahora, las
misiones espaciales a cometas se habían limitado a hacer breves pasadas
de largo, nunca deteniéndose para orbitar en torno al núcleo.
Los responsables de la misión también esperan que Philae, el módulo que aterrizó en el cometa en noviembre,
vuelva a activarse este año entre mayo y junio. “Algunos miembros del
equipo creen los accidentes en la superficie del cometa están
protegiendo a Philae, lo que podrá hacer que sobreviva incluso al
perihelio [punto de la órbita más cercano al Sol]”, concluye Taylor.
En la colección de estudios publicada hoy han participado, además de
Lara, investigadores del IAA, la Universidad de Granada, el Centro de
Astrobiología y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.
Repleto de compuestos orgánicos
Estos cuerpos son fósiles del
Sistema Solar. Están hechos de los
materiales primordiales que, hace más de 4.500 millones de años,
sirvieron para formar los planetas, incluida la Tierra. Entre estos
materiales primigenios, muestra ahora Rosetta, hay abundantes
compuestos orgánicos hechos de carbono, hidrógeno y oxígeno. “La
superficie del cometa parece no tener nada de hielo, pero está cargada
de material orgánico y esto sugiere que se formó a bajas temperaturas,
lejos del Sol”, explica a Materia Matt Taylor, jefe científico de la
misión Rosetta. Los datos apuntan a que el 67P proviene del Cinturón de Kuiper, en las afueras del Sistema Solar.
Nota: Se
transcribe el presente informe-estudio con el sólo y único fin de crecer
en conocimientos de Astronomía-cientifica e informarse de las
carácteriticas y demas datos, circustancias y misterios que encierra el
cometa 67P que proviene del Cinturón de Kuiper en las afueras del
Sistema Solar. Es muy interesante leer todo el informe y conocer
cuicustancias muy especiales, casi increibles y extraordinarias que se
dan en este visitante de los confines de nuestro mundo. Casimiro López