Las Espinas Dan Rosas
La vida es un rosal que produce espinas y rosas. Debo cuidarme de no clavarme las espinas, pero no siempre lo conseguiré
El
hábito de mirar el mejor lado de las cosas es una clave para ser
feliz. Claro que hay sombras, pero también hay sol. Claro que hay
problemas en la vida, pero también hay soluciones.
Todas las
cosas tienen el lado bueno y el lado menos bueno. Algunos se empeñan en
ver sólo el lado malo, y se amargan la existencia. Otros, en cambio,
buscan en todas las cosas el lado bueno, y son felices. Los tallos de
rosa tienen espinas, dicen los pesimistas. Pero los optimistas
responden: "Las espinas producen rosas. La vida es un rosal que
produce espinas y rosas. Debo cuidarme de no clavarme las espinas, pero
no siempre lo conseguiré. Algunas espinas se me clavarán en el alma.
Pero eso no me impedirá disfrutar de las maravillosas rosas que produce
el rosal.
Una vez que perdemos el ánimo, perdemos un cierto
número de días de nuestra vida. El que nos desanima, nos hace un daño
total, y, si somos nosotros mismos, nos convertimos en nuestros peores
enemigos.
Todo se puede remediar, mientras dura la vida. El ser
más animoso de todos es Dios, que logra continuamente cambios de
pecadores empedernidos en santos de altar. Él sabe que se puede; que
hoy pueden estar las cosas negras, pero mañana pueden amanecer blancas.
¡Qué fácilmente nos damos por vencidos! Cada día más. El colmo del
desaliento es la desesperación total, el darse un tiro en la sien,
colgarse de una cuerda. Suicidarse, de la forma que sea, significa que
no queda ni rastro de esperanza.
No todos llegan al suicidio,
pero se pueden acercar peligrosamente. Y los problemas, ¿qué? Los
problemas están ahí, pero yo estoy aquí, y no me dejo apabullar, porque
sé que cada problema tiene por lo menos una solución. Sé que la
actitud frente a un problema, la forma de reaccionar frente al mismo es
mil veces más importante que el problema mismo. Hasta se podría decir:
¡Felicidades, tienes un problema!
Si puedo amar a Dios y a mis
hermanos; si puedo realizar grandes cosas para mejorar el mundo; si
puedo hacer felices a los demás y a mí mismo vale la pena vivir, aunque
me clave alguna espina de dolor en el trayecto. Más aún, las espinas
pueden convertirse en rosas: Los sufrimientos de la vida, llevados por
amor, se convierten en las rosas más bellas.
P. Mariano de Blas LC
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