Alabado sea
Jesucristo…
“Aprendí a quererme tal cual como soy con mis defectos y
mis virtudes”. Es tan importante oír una persona decir esto, porque esa persona
se ha concientizado realmente quién es,
qué quiere de la vida y cómo lograrlo. Debemos conocernos como persona, qué queremos
hacer de nuestra vida, cómo vamos a lograr las
metas y los objetivos propuestos sin buscar muletas o apoyo con otras
personas y cargar a estos con nuestros problemas. Cuando te amas a ti, amarás a
las otras personas con más facilidad,
reconocerás el éxito de otros, tu
competencia será sana y honesta, no apartarás a nadie con maldad, con
envidia y ambición porque sabes tu valor
y así mismo buscarás tus metas sin desviar a nadie de la suya por temor que te
derrote o llegue primero que tú, porque lo inteligente es llegar haciéndolo
bien, y estar contigo complacido porque fue un triunfo que conseguiste con tu
valor, con tu fortaleza y coraje.
No dejes que nadie te desvíe tu camino, cada ser tiene su
nivel de evolución y aprendizaje, su plan divino que debe realizar, somos almas
perfectas e individuales, nadie se parece a nadie, quererte a ti, aprender de
ti, de tus aciertos o errores te hará mejor ser humano; y espiritualmente
tendrás tu equilibrio para comenzar todos los días con deseo de vivir, de amar
y de ser una chispa divina en acción. Mónica Zerpa
¡Buenos días!
Construir un mundo mejor
Para tener una
buena convivencia con los demás, trata de ser comprensivo, poniéndote en su
lugar. Al dialogar con ellos destaca siempre lo que los une. Acepta al vecino,
a los del equipo de trabajo tales como son y trata de expresar con sinceridad
lo bueno que hacen. Cuando existe comprensión es más fácil ser amable y vivir
con plenitud la tolerancia mutua.
Se puede y se debe construir un mundo mejor.
Y nosotros tenemos que ser los artífices de esta ingente misión. Lo importante
es tener fe, no perder la esperanza y la voluntad de trabajar, sumando los
esfuerzos de todos. No obstante su disgregación y división, la humanidad busca
la paz, la armonía, la serenidad. Dios es la Paz. Corazones vacíos y
necesitados buscan migajas de comprensión, amor y protección. Dios es Amor.
Descarriados en los laberintos de las cosas diarias, suplican claridad y
orientación. Dios es la Luz. Navegando sobre las vicisitudes de la historia, la
voz de Cristo nos convoca y anima. “¿Por qué buscan fórmulas de solución lejos
de mí? Yo soy el Camino la Verdad y la Vida”.
“Si tú puedes
alegrarte del gozo de tu vecino; si tú sabes aceptar que el otro te ayude; si
para ti el extranjero es un hermano; si tú compartes tu pan y sabes dar con él
un pedazo de tu corazón; si tú puedes dar gratuitamente un poco de tu tiempo,
por amor, entonces... ¡vendrá la paz!”.
Anímate a ser artífice de paz para construir un mundo mejor.
Padre Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por
concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a Ti
solo busco, a Ti solo amo y tuyo quiero ser. Mi
único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1,). La mies es mucha y pocos son los obreros para
recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que estan cansados y
agobiados, que yo los consolaré Mt 11.28. Es la Palabra de Dios.
Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo cada
día Pequeñas Semillitas, con el vehemente
deseo de que se propague la Fe, en el Sagrado
Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes, que pidan al Señor Jesucristo
en oración, que no haya más guerras ni hambre
en el Mundo, ni atentados terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así como el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López.