Alabado sea Jesucristo…
Así como en la familia el
niño obtiene los primeros conocimientos, las primeras ayudas para su
vida, también es en la familia que el pequeño adquiere el hábito de la
oración. Si la familia es cristiana practicante, entonces en su seno se
rezará, en especial el Santo Rosario, y los niños ya desde pequeños
mamarán ese ambiente de recogimiento y misterio que rodea a los momentos
de oración.
Los niños tienen una
intuición de lo divino, pues hace poco que han salido de las manos de
Dios, y tienen su recuerdo más fresco en su alma. Por ello, si son
guiados hacia Jesús y María, no oponen resistencia, sino que van
espontáneamente.
Ya lo ha dicho el Señor
en el Evangelio: “Dejad que los niños vengan a Mí y no se lo impidáis”.
Ello significa que los niños, naturalmente van a Jesús, y sólo cuando
les ponen obstáculos los mayores, es que no alcanzan a encontrarlo y a
seguirlo.
Volvamos en nuestra
familia a rezar todas las noches, en el calor del hogar, después de un
día de trabajo. Y que sea el motivo de encuentro entre nosotros el Santo
Rosario alrededor de la mesa, y no el televisor, por donde entra tanto
mal en nuestras casas.
Recordemos que “Familia
que reza unida, permanece unida”, y en estos tiempos en que Satanás
logra llevar la división al seno de muchísimas familias, al menos que la
nuestra permanezca unida por la oración en común.
¡Buenos días!
No todo es color de rosa
Ningún trabajo es
insignificante, ninguna tarea es despreciable, cualquier ocupación
merece que pongamos todas nuestras fuerzas y nuestra creatividad en
ella. “Si alguien está llamado a ser barrendero, debería barrer las
calles como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como
Shakespeare escribía versos” (M. L. King).
“En el matrimonio no todo
es color de rosa”, le advierte el futuro esposo a su novia: “Por
ejemplo, me vas a tener que preparar la comida todos los días”. ”Sí, mi
tesoro”, contestó cariñosamente la novia, “Y tú vas a tener que comerla
también todos los días”.
Las tareas sencillas y
cotidianas son realmente responsabilidades simples; pero, ser fieles al
quehacer de cada día es algo importante. La felicidad humana normalmente
no se logra con acciones de especial relevancia, que acontecen muy
raras veces, sino en ese sencillo deber que realizas todos los días con
mucho amor. Valorízalo en ti y en los demás.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a
todos los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López