Alabado sea
Jesucristo…
Un campesino cansado de la rutina del campo y de tanto
trabajo duro, decidió vender su finca. Como sabía que su vecino era un
destacado poeta, decidió pedirle el favor que le hiciera el aviso de venta. El
poeta accedió gustosamente. El aviso decía:
"Vendo un pedacito de cielo, adornado con bellas
flores y verdes árboles, hermosos prados y un cristalino río con el agua más
pura que jamás hayan visto".
El poeta tuvo que marcharse por un tiempo, pero a su
regreso decidió visitar a sus nuevos vecinos, pensando que aquél hombre del
aviso se había mudado. Su sorpresa fue mayor al ver al campesino trabajando en
sus faenas.
El poeta preguntó: ¡Amigo! ¿No se iba de la finca? El
campesino con una sonrisa le respondió: -No mi querido vecino, después de leer
el aviso que usted me hizo, comprendí que tenía el lugar más maravilloso de la
tierra y que no existe otro mejor...
Moraleja: No esperes a que venga un poeta para hacerte un
aviso que diga lo maravillosa que es tu vida, tu hogar, tu familia y lo que con
tanto trabajo hoy posees. Dale gracias a Dios porque tienes vida, salud y
esperanza de poder seguir luchando para alcanzar tus metas... Que el Señor bendiga
ese pedacito de cielo que es tu vida...
¡Buenos días!
Señal inconfundible
Sufrir
tentaciones es una situación normal del hombre. Surgen de nuestra naturaleza
inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o de ese mundo que vive al
margen de la ley divina. La tentación es una incitación a pecar. También los
santos pasaron por tentaciones. Pero lucharon y triunfaron.
Se cuenta que san Martín de Tours estaba
orando en la celda de su monasterio, cuando alguien tocó a la puerta. Martín
abrió y entró un majestuoso personaje, lleno de luz y de amabilidad. Martín lo
miró unos momentos y reanudó su oración. El personaje se extrañó y le preguntó:
—Martín ¿cómo es posible que no te pongas contento, y no me atiendas? Yo soy el
Señor Jesús. Martín le contestó: Si eres el Señor Jesús, muéstrame las heridas
en tus manos y en tus pies. Inmediatamente el personaje desapareció. Era una
tentación de Satanás.
Jesús nos aclara
que para vencer las tentaciones necesitamos estar atentos y orar pidiendo
fortaleza para no caer en las seducciones del mal. Está claro también que no
debes buscarte las ocasiones de fallar porque “el que busca el peligro en él
perecerá”. Que Dios te proteja y bendiga.
Enviado por el P. Natalio