Alabado sea
Jesucristo…
Salvo contadas excepciones, la celebración del domingo
prevalece litúrgicamente sobre el santoral del día. Por ese motivo en “Pequeñas
Semillitas” no publicamos la sección “Santoral” los días domingo. Hoy estamos
en el 28° domingo del tiempo ordinario (o “durante el año” como también se lo
llama).
No obstante, sería bueno destacar que el 12 de octubre el
santoral de la Iglesia Católica tiene inscripta una advocación mariana muy
importante y muy querida en muchos lugares del mundo: Nuestra Señora del Pilar. Para quienes deseen leer algo más sobre esta festividad
de la Virgen, les dejo un enlace haciendo clic acá.
¡Buenos días!
Sorprendente testimonio
La adoración
eucarística es un encuentro del alma y de todo nuestro ser con Jesús. Es la
criatura que se encuentra con el Creador. Es el discípulo ante el divino
Maestro. Es el enfermo con el Médico de las almas. Es el pobre que recurre al
Rico. Es el sediento que bebe de la Fuente. Es el débil que se presenta ante el
Todopoderoso.
Cuando murió san Pascual Bailón (1592),
hermano franciscano, una multitud acudió a su funeral atraída por la fama de
sus virtudes. En la misa de cuerpo presente, el cadáver estaba descubierto para
que todos pudieran contemplar el rostro del humilde religioso. Su vida
transcurrió en la humildad, el sacrificio, y en el amor a la Eucaristía. En esa
ocasión cuando el sacerdote levantó la Hostia, el cuerpo yacente se animó,
levantó la cabeza, abrió los ojos y fijándolos en Jesús Eucarístico lo adoró
junto con los fieles, asombrados por el prodigio. Luego, ante el cáliz en alto
con la Sangre de Cristo, el muerto repitió la escena. Pocos años después fue
canonizado.
El santo Cura de
Ars exclamaba: “¡Cuán consoladores y suaves son los momentos pasados con este
Dios de bondad! ¿Estás dominado por la tristeza? Ven un momento a sentarte a
sus pies, y quedarás consolado. ¿Eres despreciado del mundo? Ven aquí, y
encontrarás un amigo que jamás quebrantará la fidelidad”. Que sepas aprovechar
esta maravillosa presencia.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López