Alabado sea
Jesucristo…
Sonríe… Cuando te lo propones se desata en ti lo especial
que eres.
Sonríe… Porque te acaricias el alma cada vez que te
muestras contento.
Sonríe… Es el peldaño que te sube por los tramos del
deseo de vivir, de gozar, de soñar.
Sonríe… Es tu derecho ante la vida… tu obligación al
mundo y ante ti mismo.
¡Buenos días!
Caminos…
El lenguaje
humano es muy rico en símbolos. Por ejemplo la palabra “camino” está cargada de
significado. El Libro de los Salmos comienza hablando de “Los dos caminos del
hombre”. Camino, en este contexto, significa “norma de conducta”, “estilo de
vida”. Hoy te ofrezco una buena reflexión sobre el modo de conducirse de los
hombres.
Los caminos cuesta abajo son los más fáciles
de andar, pero no llevan a la cumbre. Para los hombres que buscan un camino, sé
un hombre que abre caminos. El camino que te corresponde recorrer no está
trazado, porque nadie lo recorrió jamás. Los caminos más difíciles suelen ser
los que llevan a los lugares más hermosos. Hay hombres que caminan para llegar.
Hay hombres que caminan para huir. ¿Para qué caminas tú? No fuerces a nadie a
seguir tu camino y colabora de manera que cada uno abra el suyo. Cuando no se
tiene una meta, todo camino es inútil y tedioso. Cuando quieres seriamente
alcanzar una meta terminas abriéndote camino hasta alcanzarla.
El salmo 1º,
después de describir el camino del malvado y del justo, concluye así: “El Señor
protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal”.
Cuando Jesús dijo: “Yo soy el camino”, quiso decir que venía a enseñarnos cómo
organizar la propia vida para llegar a la felicidad eterna que nos ofrece Dios.
Que la reflexión de esta mañana te sea provechosa.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no
haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas,
ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en
todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón
de Jesús, está conmigo. Casimiro López