Alabado sea
Jesucristo…
¿Qué edad tienes?....No importa en absoluto. A cualquier
edad estás a tiempo para comenzar, porque cada día es un don de Dios, completamente
nuevo, eternamente tuyo, para vivirlo como deseas.
Hoy comienza el resto de tu vida... ¡Recuérdalo! Lo
pasado ya no está.... Hoy puedes iniciar lo que tanto has soñado.
Hoy puedes tomar decisiones pensando en tu presente y tu
futuro.
Hoy puedes abrir un nuevo capítulo en tu vida que quizás
tenga un final muy feliz... pero tienes que intentarlo… tienes que recordar que
cada día es una oportunidad que tienes para ser mejor y que sólo hay un día
para empezar... y ese día es hoy.
¡Buenos días!
La urraca y la cotorra
El abuso verbal,
aunque invisible, ataca la mente y el espíritu de los que lo sufren. Las
palabras que se dicen con rabia o resentimiento lastiman con efectos
prolongados. En verdad las palabras pueden doler como los golpes físicos. Especialmente
los padres deben saber que la crítica, el desprecio y los insultos pueden dañar
la autoestima de sus hijos.
Estaba de visita la urraca en lo de la
cotorra, y como, desde el día anterior no se habían visto, tenían muchas cosas
que contar. Ambas hablaban a la vez y se apuraban tanto en chacharear que casi
no se entendían. Pero lo principal era mover el pico sin descanso. Y cuando en
lo mejor estaban de una historia que contaba la urraca sobre la hija del
vecino, llegó la sirvienta de la cotorra y le dijo, alarmada: —Señora, ¡está
llorando la chica! —¡Oh!, exclamó la cotorra, ¡qué fastidio! Bueno, ya voy, ya
voy. Y quedóse escuchando hasta el fin el interesante cuento de la urraca sobre
la hija del vecino (Daireaux).
Santa Faustina
escribió en su “Diario”: «Cuando recibo a Jesús en la Santa Comunión, le ruego
con fervor que se digne sanar mi lengua para que no ofenda con ella ni a Dios
ni al prójimo. Grandes culpas se cometen con la lengua. Un alma no llegará a la
santidad si no tiene cuidado con su lengua». El Señor, pues, sane nuestras
lenguas.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a
todos los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López