Dar como si no hubiera nada que perder
Amar como si nada te fuera a herir
Descansar como si no hubiera necesidad de hacer nada más
Confiar como si nunca hubieras sido abandonado
Permanecer como si no hubiera nada por lo que valga la pena partir
Ser libre como si nunca hubiera tenido límites
Ser inocente como si fuera la primera vez
Reir como si nada jamás hubiera sido serio
Llorar como si estuvieras riendo
Jugar como si fuera la única cosa para hacer en la Tierra.
No tener forma como el aire
Ser inmóvil como una montaña
Fluir como un río
Ser gentil como una hoja marchita tocando la tierra
Disfrutar la vida al ver el brote de una semilla
Entregarse como el diente de león al viento
Escuchar el silencio entre dos sílabas
Ver el infinito dentro de un núcleo de un átomo
Experimentar la inmortalidad en el proceso de morir
Vicir la Eternidad dentro de un instante.
Por Priya maestra taiwanesa
del "Camino Brillante de los Ishayas"
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