Alabado sea
Jesucristo…
Este fin de año y comienzo de un año nuevo, es un buen
momento para meditar cómo andamos en nuestra vida, si vamos por el buen camino,
si tenemos que corregir algo, y si debemos realizar buenos propósitos para el
año que comienza, porque si quien hace propósitos a veces no los cumple, ¿qué
será de quien ni siquiera realiza propósitos?
Es cierto que dicen que el camino del infierno está
sembrado de buenos propósitos, porque son muchos de los que ahora padecen allí
las penas eternas, que en vida tomaron la resolución de cambiar de vida, de ser
buenos, de hacer las cosas bien, pero fallaron, no cumplieron con lo prometido.
Nosotros, escarmentemos en cabeza ajena, y hagamos propósitos que podamos
cumplir, para que el nuevo año sea un año de gracia y de grandes realizaciones,
especialmente en el bien.
Demos gracias a Dios que nos da una nueva oportunidad en
este nuevo año que comienza, porque sigue confiando en nosotros, y quiere que
aprovechemos el tiempo para santificarnos y ser mejores cada día. Por eso es un
buen momento para meditar sobre el
camino recorrido y planificar lo que haremos en el tiempo de vida que Dios,
amorosa y providencialmente nos concede.
¡Buenos días!
Los regalos de Dios
Tanto la fiesta
de Navidad como la de los Reyes Magos se caracterizan por los regalos que se
hacen. En Navidad cuelgan del arbolito y se sortean o distribuyen entre los
presentes. El seis de enero aparecen en los zapatitos de los niños. Es una
ocasión para reflexionar en la bondad de Dios cuyos regalos disfrutamos cada día
y agradecerlos de todo corazón.
Es maravilloso, Señor, tener mis brazos
perfectos, cuando hay tantos mutilados.
Mis ojos miran, cuando tantos no tienen luz.
Mi voz canta, cuando otros enmudecen.
Mis manos trabajan, cuando tantos mendigan.
Es maravilloso, Señor, volver a casa, cuando
otros no tienen dónde ir.
Es bueno sonreír, amar, soñar, vivir, cuando
tantos odian y mueren.
Es maravilloso, Señor, tener un Dios para
creer, cuando tantos no creen.
Es maravilloso, Señor, tener tan poco que
pedir y tanto que agradecer.
Hermano/a:
comienza este año, con un corazón agradecido, y dile al Señor, sencillamente,
“Gracias, Padre mío, gracias”. El agradecimiento atrae consigo nuevos
beneficios, porque al bienhechor le agrada verse correspondido. Que pases un
buen día. Hasta mañana.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López