Hoy celebro a las madres en todas partes —biológicas, adoptivas y especialmente mi propia madre. Honro a las mujeres que abren caminos, proveen cuidados, sirven de mentoras y cuidan de otros. Aprecio la madre naturaleza en toda su gloria. Las cualidades maternas espirituales contribuyen a la paz, la curación y el gozo en el mundo y en mi vida.
Tomo un momento para recordar un instante en el que consolé a un niño. Quizás lo escuché, lo abracé o compartí palabras de aliento. Traigo a la memoria recuerdos de cuando alguien me abrazó haciéndome sentir amado y apoyado. Siento gratitud por las cualidades espirituales femeninas que enriquecen mi vida y las vidas de seres queridos.
Sí, yo la bendeciré, y ella será la madre de las naciones.—Génesis 17:16