Amistad
La
puerta de mi amistad está por siempre abierta, en la misma medida,
tanto para aquellos hermanos que me odian, como para aquellos que me
aman.
Consideraré a quien se crea mi enemigo como mi verdadero hermano divino, oculto tras el velo del mal entendimiento.
Desgarraré
ese velo con la daga del amor, de forma que al ver él mi disposición
humilde, comprensiva y magnánima, no pueda ya desdeñar mis expresiones
de buena voluntad.
Me apiadaré de los demás tal como me apiado de mí mismo. Ganaré mi propia salvación sirviendo a mis semejantes.
Paramahansa Yogananda