La verdad no necesita ser explicada. Se torna evidente en el instante mismo en que la descubres.
La verdad no requiere de elaborados intentos sofisticados. Porque en su absoluta simpleza, es realmente profunda.
La verdad puede, a menudo, resultar difícil de aceptar. Pero es, al mismo tiempo, muy fácil de comprender.
El engaño y la falsedad necesitan expandirse constantemente para poder sostenerse y continuar. Y llegará el día, inexorablemente, en el que se desmoronarán bajo sus propias contradicciones.
La verdad, por el contrario, se vuelve cada vez más brillante y más apremiante con cada día que pasa. La verdad valora y soporta cada mirada escudriñadora, y como resultado se fortalece.
Alinea tus pensamientos, tus palabras, tus acciones, tu vida con aquello que sabes verdadero. Y la fuerza de la verdad tironeará de ti firmemente hacia adelante. A/D
| | | | | | | | | | | | | | | | | | |