EL GALEÓN SAN DIEGO
Hundido frente a la costa filipina en 1599 -1600 por los holandeses .
Galeón del Pacífico, galeón de Acapulco, Nao de China o galeón de Manila fueron los nombres dados coloquialmente a los barcos que surcaron la ruta transpacífica Acapulco–Manila durante 250 años. Eran construidos en los astilleros de Cavite (ciudad de Filipinas, al SO de la isla Luzón) o en la bahía de Manila, a partir de una estructura muy compleja; las maderas utilizadas –“duras y resistentes”– provenían de las propias islas.
En la construcción participaban trabajadores que ejercían diversos oficios: herreros, carpinteros, ensambladores, expertos navales, etc., quienes buscaban, más que movilidad, fortaleza en las naves; tan duros eran los barcos que parecían “fuertes castillos en el mar”.
“Pesaban mucho la cofa, el castillo de popa, la toldilla de proa o la manga que requerían refuerzos a fin de mitigar el balanceo y los mares encrespados… Los mástiles se traían de lejos y eran objetos de maniobras especiales. En lo posible se eliminaban los cañones… Todo el aparejo, escalas, cuerdas y velas se hacían con el buen cáñamo” que se producía en el archipiélago.
Las naves surcaban el océano durante meses continuos; el uso era exhaustivo y el mantenimiento gravoso y prolongado. El costo de una embarcación podía ir de $8000 a $100 000 o $191 000, según su tamaño y características, así como el año y siglo en que se construían. Para un galeón de 500 toneladas se necesitaba una tripulación de 150 marinos con un salario de $350 anuales.
EL TORNAVIAJE
En 1565, el fraile Andrés de Urdaneta, al frente del galeón San Pedro, hizo posible esta ruta comercial al encontrar la derrota del viaje de regreso desde Manila, en las islas Filipinas, hasta Acapulco, en la costa sur–occidental del virreinato de la Nueva España. La clave en este viaje –llamado “tornaviaje”– fue navegar desde Manila con rumbo noreste hasta los 42 grados de latitud norte, frente a Japón, y desde allí virar al este, para aprovechar la corriente marina del Japón o Kuro Shivo (o corriente negra) y los vientos monzones del verano, y llegar a las costas de América del Norte, a la altura del cabo Mendocino.
De allí, Urdaneta viró rumbo sur–sureste y arribó a Acapulco impulsado por la corriente de California, después de recorrer tres mil leguas marinas en seis meses. Aquí cabe destacar un hecho poco conocido de este episodio. Pese a que la historia le da el crédito a Urdaneta por haber realizado el primer “tornaviaje”, en realidad fue Alonso de Arellano, comandando un pequeño navío llamado San Lucas, quien llegó al puerto de San Blas –en el actual estado mexicano de Nayarit– procedente de las islas Filipinas, unos meses antes que el fraile agustino, en ese mismo año de 1565.
Lo cierto es que los viajes de ambos barcos, guiados, respectivamente, por el esforzado agustino y el capitán novohispano, hicieron posible un circuito comercial que incrementó la fortuna de muchos almaceneros de la Nueva España, Guatemala y Perú, y nutrió el acervo cultural tanto de la Nueva España, como de las islas Filipinas.
EL GALEÓN SAN DIEGO
El San Diego fue un galeón español que formaba parte de los Galeones de Manila , que cubrían la ruta comercial entre Nueva España , la actual México y Filipinas , y que se usaba para cambiar bienes chinos por plata mexicana, a través del puerto de Acapulco. De allí se contactaba mediante transporte terrestre con la localidad de Veracruz .
El día 10 de diciembre de 1600, se produce el hundimiento del galeón San Diego, como consecuencia del enfrentamiento con los navíos holandeses Eendracht, Hope y Mauritius, comandados por el almirante- pirata Olivier van Noort (1558 - 1627) que planeaban la conquista de Manila; el San Diego se encontraba fondeado en el puerto de Cavite, junto con el patache San Bartolomé y dos galeras , tenían como tripulantes a soldados, nobles y mercenarios japoneses, fue armado con catorce cañones de la defensa de Manila y enviado a repeler el ataque holandés.