Hablé del sol, y sentí sus manos calentándome.
Hablé de la luna, y sentí su brillo envolviéndome.
Hablé de la noche, y sentí sobre mí su manto de estrellas.
Hablé de todo lo verde del planeta, y sentí su soplo de esperanza.
Hablé de las aguas, y sentí su inmersión en el misterio de mi espíritu.
Hablé del cielo, y sentí que su azul me protegía.
Hablé del fuego, y sentí sus llamas quemando mis penas.
Hablé del aire, y sentí su soplo divino renovándome.
Hablé de todos los seres, y sentí su presencia en cada forma viviente.
Y a El le presente todo lo que escribí: " Aquí está el poema que pediste, espero que apruebes todo lo que escribí "
Y oí su respuesta: " Prosigue, aún no has hablado de ti"