Un estruendo al filo de las siete de la mañana ha dejado confuso y sin poder dormir a muchos sevillanos
Un ruido ensordecedor que se ha podido oír en toda Sevilla ha despertado a más de uno en esta mañana de jueves. Sobre las siete de la mañana se ha escuchado un estruendo que muchos no han podido ubicar. ¿De dónde venía el ruido?
Ni explosión y accidente ni nada parecido. El trueno que se ha escuchado en toda la ciudad al filo de las siete de la mañana ha sido el vuelo de aviones del Ejército del Aire que escoltaban al Impulse II, el avión solar que esta mañana ha aterrizado en el aeródromo de San Pablo.
La Patrulla Águila junto al avión solar sobre Sevilla
Un estruendoso 'Good morning Sevilla' fue la señal de que el vuelo había ido perfecto. A las 7.39 de la mañana hacía escala en la capital hispalense el Solar Impulse II, el primer avión propulsado por energía solar que está dando la vuelta al mundo. Ponía así fin a una de las etapas más largas, cerca de 70 horas y 6.300 kilómetros, que le ha llevado desde el aeropuerto de Nueva York a España cruzando el Atlántico sin escalas. “Colón hizo el viaje de ida a América y alguien tenía que volver”, bromeó sonriente el piloto, Bernard Piccard, nada más aterrizar.
El Solar Impulse II (SI2) ha sido visible desde toda la ciudad, sobre todo por el ruido que han causado los dos cazas Eurofigther y la patrulla Águila que le han escoltado en su llegada a Sevilla. El avión forma parte de un proyecto privado para demostrar la rentabilidad y eficacia de las energías renovables, de ahí que haya sido precisamente esta apuesta por las energías limpias (a través de las plantas solares de Abengoa en la provincia) lo que ha motivado que para el aterrizaje en España se escogiera la ciudad andaluza. Eso, y las buenas condiciones meteorológicas del Sur de España.
“El futuro es limpio y es ahora. Tenemos que dejar atrás la contaminación”, ha subrayado Piccard justo antes de brindar con sus compañeros de proyecto con una enorme botella de champagne. El piloto ha subrayado además el simbolismo de traer a Europa el “nuevo mundo nuevo mundo de las tecnologías limpias y del respeto a la naturaleza”. Tras pasar por Omán, India, China, Japón y Estados Unidos, la aeronave continuará trayectoria. En principio volará hasta algún punto del Mar Mediterráneo y después concluirá trayecto en Abu Dabi, en Emiratos Árabes, el mismo punto donde en marzo de 2015 comenzó su andadura.
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El aparato es un avión monoplaza realizado en fibra de carbono, con 72 metros de envergadura (mayor que un Boeing 747) y con un peso de 2.300 kilos (equivalentes a un coche familiar en vacío). Cuenta con 17.248 células solares desplegadas sobre sus alas y las cuatro baterías que almacenan la energía solar propulsan las hélices únicamente con energía limpia.Este diseño le permite ahorrar una considerable cantidad de energía durante el día, que puede usar durante la noche, gracias a sus baterías. De hecho, según sus promotores, al no necesitar energías basadas en las fuentes fósiles, el Solar Impulse 2 tiene autonomía de vuelo ilimitada, de manera que teóricamente, según sus fabricantes, podría volar indefinidamente, ya que sólo estaría limitado por la resistencia física del piloto. En esta etapa, el piloto solo ha podido descansar en pequeños turnos de 20 minutos, un sistema para el que lleva tiempo preparándose.
Un estruendoso 'Good morning Sevilla' fue la señal de que el vuelo había ido perfecto. A las 7.39 de la mañana hacía escala en la capital hispalense el Solar Impulse II, el primer avión propulsado por energía solar que está dando la vuelta al mundo. Ponía así fin a una de las etapas más largas, cerca de 70 horas y 6.300 kilómetros, que le ha llevado desde el aeropuerto de Nueva York a España cruzando el Atlántico sin escalas. “Colón hizo el viaje de ida a América y alguien tenía que volver”, bromeó sonriente el piloto, Bernard Piccard, nada más aterrizar.
El Solar Impulse II (SI2) ha sido visible desde toda la ciudad, sobre todo por el ruido que han causado los dos cazas Eurofigther y la patrulla Águila que le han escoltado en su llegada a Sevilla. El avión forma parte de un proyecto privado para demostrar la rentabilidad y eficacia de las energías renovables, de ahí que haya sido precisamente esta apuesta por las energías limpias (a través de las plantas solares de Abengoa en la provincia) lo que ha motivado que para el aterrizaje en España se escogiera la ciudad andaluza. Eso, y las buenas condiciones meteorológicas del Sur de España.
“El futuro es limpio y es ahora. Tenemos que dejar atrás la contaminación”, ha subrayado Piccard justo antes de brindar con sus compañeros de proyecto con una enorme botella de champagne. El piloto ha subrayado además el simbolismo de traer a Europa el “nuevo mundo nuevo mundo de las tecnologías limpias y del respeto a la naturaleza”. Tras pasar por Omán, India, China, Japón y Estados Unidos, la aeronave continuará trayectoria. En principio volará hasta algún punto del Mar Mediterráneo y después concluirá trayecto en Abu Dabi, en Emiratos Árabes, el mismo punto donde en marzo de 2015 comenzó su andadura.
El aparato es un avión monoplaza realizado en fibra de carbono, con 72 metros de envergadura (mayor que un Boeing 747) y con un peso de 2.300 kilos (equivalentes a un coche familiar en vacío). Cuenta con 17.248 células solares desplegadas sobre sus alas y las cuatro baterías que almacenan la energía solar propulsan las hélices únicamente con energía limpia.
Este diseño le permite ahorrar una considerable cantidad de energía durante el día, que puede usar durante la noche, gracias a sus baterías. De hecho, según sus promotores, al no necesitar energías basadas en las fuentes fósiles, el Solar Impulse 2 tiene autonomía de vuelo ilimitada, de manera que teóricamente, según sus fabricantes, podría volar indefinidamente, ya que sólo estaría limitado por la resistencia física del piloto. En esta etapa, el piloto solo ha podido descansar en pequeños turnos de 20 minutos, un sistema para el que lleva tiempo preparándose.
NITO