Te acordarás un día de esta pobre mujer, que te llenó de besos en cada amanecer.
Aquella que iba en la sombra con las manos vacía, porque te quiso tanto que no te lo decía.
Aquella mujer loca que volvió del olvido solo para quererte como nadie ha querido.
Aquella que fue cenizas de todas las hogueras y te cubrió de rosas sin que tu lo superas.
Te acordarás un día que yo, soy diferente y en las tardes de lluvia te besaba en la frente.
Viajera silenciosa de las noches de hastío que sembraba en la arena su corazón vacío.
Quizás así de pronto te acordarás un día que a veces yo callaba, y otras, sonreía.
Tu rosal preferido se secará en el huerto, como para decirte, esa mujer, ha muerto.
Y yo andaré en la sombra con mi sonrisa triste y únicamente entonces sabrás que me quisiste.
José Ángel Buesa