En un rincón tu ropa olvidada,
lamentos y dudas quedaron con ella
perfume embriagador que tu cuerpo emana.
Sola en la alcoba me esperas
tus blancas torres coronadas se yerguen
ante mi llegada inesperada.
Recorro pos de ti a besos tu vientre
salvaje jungla de dorados rizos
que entrega cascadas de sabor.
En la noche en tu habitación
dos bailarines danzando
gozan de su deseo.
éxtasis de sudor y fluidos
coronan la noche estrellada.
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