Deseos de tu MENTE que transmite las más claras sensaciones de inocencia, que me llevan y me traen irreverentes por el filo abismal de la inconciencia. Deseos de la claridad de tu MIRADA, que me guían por tortuosos caminos y cornisas, iluminando los frágiles pasos, en la tormenta que producen en mi alma tus caricias. Deseos de tu BOCA trashumante, conocedora de añosas victorias y fracasos, provocándome desde el deleite de una risa, hasta dolores de ausencias, que acaban en llanto. Deseos de tus PECHOS de diosa protegiendo al corazón que me traiciona, cuando en pleito interno, entre lo que debo quiero, me acunas entre palabras que emocionan. Deseos del terremoto de tu VIENTRE amado que al compás comparte el vaivén del mío, cuando dos corazones inquietos en la noche, buscan latir al unísono, rechazando al frío. Deseos de la suavidad de tu SEXO enhiesto que me enerva en gritos, como a ciervo herido, con temblores de carnes cabalgando al viento, en pos del manantial, feroz...enfebrecido. Deseo irrefrenable de la firmeza de tus PIERNAS que mantienen incólume la postura erguida, de la colosal estampa femenina de tu figura, protegiéndome de mis quimeras...y de sus heridas. Deseos de la suavidad de tus MANOS, que buscan, socavando mí ansiedad de macho que con paciencia savia logran doblegarme, y poseerme entero, vulnerable...y perro. Deseos de tu cuerpo...y de sus mieles. Deseos de lo ardiente de tus aspiraciones. Deseos del dolor...y del aroma a sexo. Deseos del volcán que consume mis pasiones.
Johan
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