
Aquí me tienes
en una de esas mañanas,
recordándote.
Aquí estoy,
suspirando como la última vez.
Pensando en las madrugadas compartidas
y en esas tardes de risas.
Porque eres tú,
porque es nuestro
y en el recuerdo sé que te quiero.
Eres aquel amor imposible,
hermoso y prohibido,
que a veces me ahoga
y otras me salva,
en la amargura del olvido.
Espérame, te grito.
No te olvides de lo que fue,
te suplico.
Porque es mejor olvidar el pasado que iba mal,
pero ayuda comprender lo hermoso que tuvimos,
para saber cómo continuar.
Te pido, en un suspiro,
que seas mi brisa de primavera.
Te pido, en un delirio,
que seas mi tierno castigo.
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