DAR y RECIBIR La forma en que tratamos a los demás en el hogar, en el trabajo o en la diversión, es una invitación para que ellos
nos traten de un modo similar.
De hecho, cada una de nuestras acciones, sea manifiesta u oculta,
es observada por otra persona. Siempre estamos enseñando a alguien cómo debe tratarnos. La ira es una maestra seductora.
La tensión no deseada,
las oportunidades perdidas,
el crecimiento interrumpido, son lo único que podemos esperar si estamos atrapados por la ira.
Si ésta acapara nuestra atención,
no podremos percibir nuestras oportunidades
de alcanzar una satisfacción creativa.
Pero debemos cambiar nuestra reacción ante la vida.
Lo único que necesitamos es decisión. Un enfoque positivo y amistoso de las personas y de las situaciones es tan poderoso como una conducta negativa.
Podemos decidirnos a amar la vida.
Y descubriremos que las sonrisas generan sonrisas.
Que el respeto genera respeto.
Que una actitud serena reduce
la tensión de los demás.
Cada uno es responsable de sus propias acciones y
todos tenemos el poder de influir positivamente en todas las experiencias
que compartimos con los demás. La forma en que seré tratada el día de hoy reflejará la manera en que trato a los demás. Desconozco el autor
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