y evitar el odio y la guerra,
dulce es dar rienda suelta
al deseo, al éxtasis y al frenesí,
dulces son tus labios de carmesí
en húmedo oasis de un desierto
y en erotismo todo envuelto
sin viles trampas ni armamento
todo en su debido momento,
dulce es saciar la sed contigo,
excitado más abajo de tu ombligo
en un compartir estupendo
provocándonos clímax tremendos,
no a viles acciones que aterran
eso sólo te llevan bajo tierra
no a los prejuicios o moralismos
no a hipocresía, ni a eufemismos
y no a los acres actos violentos,
dulce fusionarnos en leal acuerdo
en apasionada entrega y sin receso.