No perderé el tiempo
No. No perderé el tiempo de nuevo,
porque ya sé lo que es eso.
Cada día,
con la compañía de los atardeceres,
recuerdo tanto, que no puedo evitarlo.
Porque es tu nombre,
el que susurra el viento a su paso.
Porque es de ti,
de quien hablan las estrellas cuando las veo.
Un adiós, de tantos que nos hemos dicho,
tan agridulce,
tan antipático,
que me cuesta hasta mencionarlo.
Y cómo olvidarte,
si contigo tenía un idioma y ahora,
no sé hablar otra cosa.
¡Morfeo!
Ojalá seas tú el que me ame esta noche,
y en los sueños encuentre de nuevo su nombre.