Amor… con el corazón repleto de ti
a llevarte he venido.
Amor… de muy lejos yo viajo hasta aquí
en busca de tu cariño.
Porque en oscuridad, solitario, me hallaba perdido
tan lleno de nada, en un rincón sombrío,
apenas vivía, penando en olvidos,
y la luz de tus ojos radiantes encendió los míos.
Por si acaso no sabes, te diré, flor mía,
que esta nueva canción florecida
le quita sentido a toda poesía
que sin estrofa, ni ilusiones yo componía.
Simplemente te pido, cielo mío,
que a ni pobre desnudez tú le des abrigo.
Tenerte a mi lado es lo que más ansío.
Ya no puedo dejar de soñar contigo... amor mío.
Y si aún me permites, en esta poesía,
a tus pies me arrodillo, en pos de mi hombría,
con el alma en mis manos, y sobre mi pecho,
implorando y rogando que seas siempre mía...
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