EL GEMELO
Mientras la dama limpiaba sus joyas plácidamente, su amiga irrumpió en su habitación, agitada, y le dijo:
- Amiga, siento mucho ser la que te diga esto, pero tienes que saberlo, tu esposo te es infiel.
- ¿De qué hablas? -preguntó la dama, tomando de su cofre de joyas su más reciente collar de perlas y empezando a pulirlo concentrada y delicadamente.
- ¡Mira! -anunció la amiga, mostrándole una foto en su teléfono.
- Ese no es él -dijo la dama, echándole un vistazo rápido al teléfono-. Mi esposo es fiel.
- ¿Segura? ¡Míralo bien! ¿Ese no es tu esposo besando a esa otra mujer?
- No, ese es su hermano.
- ¡Pero son idénticos!
- Sí, son gemelos -respondió la dama con una gran sonrisa, porque sabía que era muy probable que esa noche su esposo regresaría a casa con un par de aretes que hicieran juegos con su collar de perlas-. Mi esposo sería incapaz de hacerme una cosa cómo esa.
A/D
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