BÉSAME COMO LA LLUVIA
Dulce, carnoso hábito, dependencia marchita de ingenuidad; solo, olvidado a tus deseos, como ramajes florecidos acarician los míos, húmedos como el rocío. Me acerco… salado, carnoso, viril: Absuelvo toda duda loca entre mis manos suaves, beso tus cabellos… tus carnes vírgenes del labio ajeno, me entrego a ti cruelmente a los mares de tu piel extensa húmeda como la noche.
El vino de mi lengua corre por la tuya, te sueño, te estoy viendo labios calientes, dolientes, pérfidos perfectamente dolorosos. Poderosamente me hincas ante ti… ante la saliva tenue, húmeda como la lluvia.
Desplazas tus manos por mi cuerpo, estrujas tus pecados en la pila de mis aguas, poséeme, luego alcánzame un paño seco. Húmeda como el desierto. Gotas recorren; muerdes, agitas, tropiezas, absorbes.
¡Mójame, que deseo escurrirme entre tus sábanas! Compartamos la fragancia de estos cuerpos exprimamos el calor, saciemos el paladar de los miembros exquisitos, que la cópula sea explosión y locura, líquidos corriendo a la fuente de la vida. Húmedos como el alba… … caen algunas gotas, el cielo desprende calores a la tierra seca… ¡Bésame como la lluvia! El domingo es el olor del monte sobre la sopa y es el culantro y es el perejil y es el cebollín y es todo ese ramero pues saber que la sopa esta sobre tu piel sudarte mujer sudarte sudarte como si tuvieras las defensas bajas saladita mujer. Saladita. Uju, mujer, mujer, mujer, me trepaste me planeaste como el eucalipto me asfixiaste eran solo los vapores de tus deseos sobre los míos.
Arias Herrera Cedhot Oswaldo
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