Los hay que afortunadamente
son expresamente comedidos
que con humildad y sencillez
hasta pasan por inadvertidos.
Y los hay que hasta sin querer
pareciesen muy extrovertidos,
los que hacen magia con la voz
enamorándote por los oídos.
Son los artistas del micrófono
y te acarician con los sonidos
como intérprete y declamador
o como locutor bienvenido
a tu lar por ondas hertzianas
la culpa es de Eros o Cupido.
No seré un artista ni locutor
tampoco de buen parecido
ni Casanova, ni un Don Juan
ni Playboy de osados silbidos.
Más a ti te quiero enamorar
por tu piel y sensual libido
poder extasiarme en tu olor
entre despierto y dormido.
Cumpliendo con mi deber
sin demora y sin olvidos
ser tu dueño y tu esclavo
presto estoy a tus pedidos.
Y en la intimidad de tu lecho
oír tus jadeantes gemidos
con el fin de poetizar tu alma
como tu amantísimo marido.