SALÓN DE COMARES
Por mí, día y noche, te saludan
bocas de deseos, ventura, felicidad y amabilidad.
Ella es la Suprema Cúpula y nosotros sus hijas,
aunque el favor y la gloria en mi clase me distinguen,
al ser, sin duda, el corazón y ellas los miembros,
pues en el corazón la potencia del espíritu y del alma reside.
Si mis hermanas son constelaciones en el cielo de la Cúpula
en mí, y no en ellas, recae el honor de tener el sol.
Mi señor Yusuf, por Dios sustentado, me vistió
con ropas de dignidad e indudable distinción,
convirtiéndome en trono del reino, cuya grandeza
sustenta gracias a la Luz, Asiento y Trono.
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