Jardín del Edén
Atrapado quedó en mi mente, pequeño Jardín del Edén que tan solo mis ojos ven. Con un dulce verso silente, yo te invito a vivirlo ¡Ven! Mis manos ahora valientes, recorren todas tus vertientes, y tú, respondes siempre amén. Este paraíso pequeño, lleno de besos y caricias, parecería como un sueño, que pudo hacernos las delicias. En las entrañas de este dueño, yo sé ¡que vivo tus caricias!
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