Frente a él me paro siempre
conversamos muy largamente,
intercambiamos reflexiones
conoce mis confesiones.
Sabe hasta lo que deberé saber
me ilumina con su clara lucidez,
en su compañía todo es apacible
su presencia a de hallarme.
Me socorre en mi presente
despeja de ideas mi mente,
su voz evita que me inquiete
hablándome sabiamente.
Con la paz de sus expresiones
me recobro sosegadamente,
nunca permite que me enrede
en creencias e inmadureces.
Siempre esta para recordarme
que todo sueño es posible,
que nada afuera me pertenece
solo lo que en mi permanece.
Sus ojos están observándome
lo busco para aclararme,
comprende todos mis errores
me corrige amorosamente.
Su pureza es un aliciente
es un ángel omnipresente,
que de males nada sabe
solo de amor y bondades.
Usted que ahora me lee
quizás no logre verle,
sepa que al que mencioné
soy yo frente a mi ser.