De su ventana, tras el verde herraje,
entre flores de invierno prisionera, una mujer, humana primavera, teje, soñando, delicado encaje.
Sus manos, palomitas sin plumaje, hacen labor paciente y duradera, y su alma, mariposa volandera, libre va de un paraje a otro paraje.
Se lleva un año muertas ilusiones: ni amor de novio, ni amistad de amigo... ¿Dónde están los amantes corazones?
Y entristecida, y sola, y sin testigo, piensa, al calor de ocultas emociones: "¡Ven, Año Nuevo! ¡Y el amor contigo!"
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