Esa música... Insiste, hace daño en el alma. Viene tal vez de un tiempo remoto, de una época imposible perdida para siempre. Sobrepasa los límites de la música. Tiene materia, aroma, es como polvo de algo indefinible, de un recuerdo que nunca se ha vivido, de una vaga esperanza irrealizable. Se llama simplemente: canción.
Pero no es solo eso.
Es también la tristeza.
Ángel González
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