ASUMIR
Asumir la tristeza es un fuerte esfuerzo
y hay que afrontarlo con resignación.
El alma te llama, el pensamiento habla
pero la mente poderosa, nos da la razón.
El corazón es la máquina de nuestra verdad,
y al hablarnos la razón, la mente actúa
de tal manera y fuerza, que sus designios son,
los que nos hacen luchar con fuerza mutua.
Asumir tristezas de un ser querido es asumir
que se nos va, de un pariente que se aleja,
o de un amigo que ya no volveremos a ver.
En la sumisión se halla el valor sin queja.
Porque sin quejas es el mejor remedio
y callar serenamente a tiempo es aprender
que la vida, es dura e ingrata y que a ella
nos debemos sea al derecho a al revés.
La sumisión de nuestros deberes cotidianos,
la entrega completa hacia los demás con bondad,
el poder seguir cada día y a la misma hora
es tiempo sin miedo, a una no posible soledad.
Autora:
Marisa Prunera