CAMINO A LA LIBERTAD
Cuando se nubla el camino, la vida se nubla también, el alma reconoce lo irreconocible, pero pierde el destino para si mismo. Cuando la lluvia se acobarda dentro de tu casa, cuando tus ventanas se humedecen y no logras ver los pasos de la gente, es cuando sabes que estas llegando al filo del abismo. Decides si saltar, o quedarte ahí, de pie, en medio de la nada y con el viento revolviendo la poca sobriedad que resta de ti. Esperas, ves como la nada se lleva las últimas lágrimas, giras el pie un poco, indeciso, respiras y sientes como el pecho se ensancha y el miedo se aferra a tu espalda. Cuentas los segundos en retroceso, los cuervos vuelan sobre tu cabeza, el viento ha dejado de soplar, miras tus manos y te desconoces las heridas. De pronto, una luz te toma de la playera y te arrastra hacia ella, tiene tú silueta, y tu sin darte cuenta saltas, la sigues entre el viento. Y así encuentras libertad.
Gisselle Hinojosa