Imagina cómo sería vivir todo un día sin preocupaciones. Tan sólo piensa cuán libre podrías sentirte y cuán efectivo podrías ser.
¿Es posible? No sólo es posible, una vez que te decidas será muy fácil de lograr. Porque una preocupación no es otra cosa que una cierta respuesta que tú eliges. Y hay muchas otras respuestas posibles, mucho más productivas.
No importa cuál pueda ser la situación, nunca hay motivos suficientes como para que te preocupes por ella. Piénsalo, y te darás cuenta de que preocupándose uno nunca consigue nada que realmente valga la pena.
¿Qué tal si decidieses reemplazar cada una de tus negativas preocupaciones, por una acción positiva? Cambiaría drástica e inmediatamente tu día, y si siguieses haciéndolo por semanas o meses, ten por seguro que los resultados serían asombrosos.
Y todo lo que se necesita es la voluntad de hacerlo. Reemplaza preocupación con acción e irás mucho más allá de lo que podrías imaginar