El joven se lanzó a la búsqueda. Vio gatos negros con cola negra, gatos blancos con cola blanca, y gatos mezcla de colores. Pasaron los días y vio cientos de gatos en la ciudad, pero no pasó ante sus ojos un solo gato negro con la cola blanca como le pedía el maestro.
Cansado ya, volvió a su maestro y le confesó su fracaso. El maestro, mientras le escuchaba, acariciaba al gato de la escuela.
Cuando el joven terminó de hablar, se fijó de repente en el gato que acariciaba su maestro: ¡era negro y tenía la cola blanca! Mil veces lo había visto en la escuela , pero nunca se había fijado en él...