voluntad.
En la infancia es un ángel, en la adolescencia un diablo, y en la madurez es cualquier cosa, desde
un lagartijo para arriba.
Si tiene familia es un necio. Si cumple sus deberes, es un insensato.
Si pobre, es un mal administrador y carece de sentido común. Si es rico, es deshonesto pero
considerado. Si se dedica a la política, es un corrupto y un embustero. Si se mantiene fuera de la
política, es un ciudadano indeseable. Si va a la iglesia es un hipócrita. Si está alejado de ella,
es un pecador.
Si muere joven, tenía ante sí un gran futuro. Si alcanza una edad venerable, es un estorbo, que vive
sólo para ahorrar los gastos de su funeral”.
A/D