Haz de la lectura un hábito diario.
Acostúmbrate a tener un buen libro a mano, y notarás
que es el mejor amigo, que conversará contigo,
cuando lo desees.
Elige libros instructivos, interesantes, sanos. Así como el
cuerpo, también el alma necesita alimentarse.
Haz de la lectura un hábito tan indispensable
como la respiración.
A/D