Mi espíritu se remonta cuando dejo ir y confío en Dios.
Dejar ir
Al dar un paso con fe para hacer algo nuevo y audaz quizás me sienta como un paracaidista antes de saltar. Cuando tomo la decisión de dejar ir lo conocido y lo cómodo, quizás sienta temor. Pero como el paracaidista, mi temor es reemplazado con el alborozo y la emoción de la experiencia.
¡Dios está conmigo y todo está bien! El desprenderme del temor es tan liberador. A medida que dejo ir y confío en Dios, abro el camino para que Dios se exprese perfectamente por medio de mí y de todas las circunstancias de mi vida. No me preocupo por el resultado, porque sé que todo está bien. Reconozco y agradezco que Dios está a cargo y que soy guiado y bendecido divinamente.