LA SOLEDAD DE LA NUEVA MUJER
Piénsatelo bien... “¿En verdad quieres que se vaya? “ Me decían, “No hay nada peor que la soledad” Me repetían Piénsatelo bien... Y lo hice, Me aparté de la puerta y lo dejé salir, y luego me senté a mecerme suavemente en la hamaca colgada en mi jardín Esperé con los ojos secos, resignada y asustada, al monstruo cruel y aplastante de la soledad. Pero cuando llegó no fue estruendoso, se asomó con timidez escondiéndose detrás de un halo de serenidad, con sus lentos pasos sigilosos con tal delicadeza me miró, que yo misma la invité a pasar, y me gustó peligrosamente esa tibia compañía, y sin previo aviso se sumó a las suculentas, al vino y al café, como una adicción mas... Es que cuando ella estaba podía hablarle por horas a mis plantas, ver su avance y arreglarle sus estantes, cuando ella llegaba era más fácil conversar con Dios. Y un día al acostarme, me enseñó a disfrutar todo el ancho de mi cama, con la tele encendida y sin compartir el control… Se quedó silenciosa a mi lado sin cuestionar, mientras yo veía hasta una de mis series favoritas y capítulos enteros de “expediente criminal”. Así que hicimos un trato en honor a la nueva amistad... Ella no me volvería a asustar, y yo en vez de Soledad le llamaría paz..
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