Hay encuentros que suben la adrenalina,
Que aceleran el corazón,
Que inquietan el cuerpo,
Y despiertan unas ganas…
Si solo recordarla,
Me cuerpo reacciona,
Mi corazón se acelera,
Y solo espero…
Volver a tenerla entre mis brazos.
Como olvidar ese momento…
Ambos coincidimos en el estacionamiento,
Así sin pensarlo,
Es como si ambos ya lo sabíamos,
Una complicidad única entre los dos,
Nos subimos al auto…
Llevaba un vestido corto,
Dejando muy poco a la imaginación,
Su piel se asomaba,
Tan resplandeciente,
Tan tentadora,
Y qué decir de sus labios rojos…
La besé con tanta hambre,
Con tanta sed de mi alma,
Y ella me correspondía…
Escuchaba su respiración,
Su corazón agitado…
Sentía sus ansias,
Cuando tomó mi mano…
Y la puso en su entrepierna.
Mis dedos inmediatamente,
Se deslizaron con su humedad,…
Y conforme presionada,
Ella con más fuerza me abrazaba…
Toqué lo más sensible de su cuerpo,
Ese botoncito que brotó de sus labios,
Y en el momento que presione más…
Ella gritó de placer,
Sus gemidos fueron dulces melodías,
Hasta me empape completamente de ella.
Ella sonrió coquetamente,
Retire mi mano,
Con la misma delicadeza con la que había entrado,
Lamí mis dedos…
A la misma vez que ella también lo hacía.
|